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martes, 28 de agosto de 2012

PRINCIPALES CLASIFICACIONES DE HUMEDALES A NIVEL INTERNACIONAL


En una de las primeras clasificaciones, realizada para el inventario nacional de humedales (NWI) de los Estados Unidos. (1979) reconocen cinco sistemas de humedales principales: marinos (humedales costeros), estuáricos (deltas, marismas, manglares), fluviales (humedales a lo largo de ríos y cursos de agua), lacustres (humedales asociados a lagos) y palustres (pajonales, pantanos y turberas). Los mapas realizados bajo esta clasificación tienen una escala 1:24.000 y fueron preparados desde fotografías aéreas. Reconocen los autores que aún en esta escala, que es grande en comparación con los datos derivados de una imagen satelital LANDSAT, algunos humedales y muchas áreas de humedal alrededor de los márgenes no son detectables o mapeables.
El sistema de clasificación de humedales de la Convención de Ramsar (Convención sobre los Humedales), reconoce actualmente 12 tipos de humedales marinos y costeros, 20 de humedales continentales y 10 de humedales artificiales.
Brinson (2004:2) al describir los principios que forman la base de los grupos funcionales de humedales, establece que existen 6 ó 7 clases de emplazamientos geomorfológicos. Estas clases son equivalentes a tipos de humedales: 1) de depresiones o de cuencas; 2) de franjas lacustres; 3) de pendientes; 4) de franjas mareales; 5) fluviales; 6) las planicies húmedas de suelos orgánicos; y 7) las planicies húmedas de suelos minerales.
Al realizar una tipificación de humedales sudamericanos, Neiff (1999) propone un sistema de clasificación que ordena jerárquicamente a los humedales en dos grandes grupos y unas pocas clases, considerando el marco geomorfológico y la relación de anegamiento con los sistemas vinculados al humedal. Divide a los grandes humedales (macrosistemas cuyo principal factor ambiental es el anegamiento y secundariamente la inundación) de los humedales marginales (áreas periódicamente cubiertas por el agua en la vecindad inmediata de un gran cuerpo de agua, y que depende en forma directa de la dinámica de este último). Dentro de los grandes humedales se encuentran los pantanales y los humedales aluviales, mientras que los humedales marginales pueden ser fluviales, lacustres o litorales.
Bucher y Chani (1998) al considerar la distribución de los humedales del Chaco, los incluyen en cuanto a su origen, en tres grandes sistemas: a) humedales originados por cursos de agua provenientes de los sistemas montañosos situados al occidente del Chaco; b) humedales originados por inundaciones provenientes del sistema de los ríos Paraná y Paraguay; y c) lagunas y humedales temporarios originados por precipitaciones locales.
Malvárez (2004) sugiere que el sistema de clasificación e inventario a ser utilizado para los humedales de la Argentina, debiera permitir tanto su utilización como herramienta de planificación y manejo, como profundizar las investigaciones sobre la estructura y funcionamiento de estos ecosistemas.
Según Brinson (2004:2), los complejos de humedales a nivel de macrosistema podrían usarse para identificar áreas o tipos de humedales que están altamente integrados a escala de paisaje. De esta forma, el nivel de organización de macrohumedal podría ser conveniente para inventariar y mapear a escala regional.
Por último y a modo de síntesis general y abarcativa, en el curso-taller “Bases ecológicas para la clasificación e inventario de humedales en Argentina”, los profesionales participantes sugirieron en cuanto al sistema de clasificación a emplear, tener en cuenta algunos requisitos básicos (Malvárez y Lingua, 2004; Bó et al., 2004):
• que el sistema sea jerárquico;
• que contemple la componente funcional de los humedales;
• que utilice términos fáciles de entender;
• que contemple la existencia de denominaciones locales;
• que sea abierto a eventuales cambios;
• que sea fácil de implementar;
• que incluya tanto a los humedales naturales como a los de origen antrópico; y
• que la clasificación cuente con una base científica sólida.
Criterios de clasificación utilizados

martes, 21 de agosto de 2012

Clasificación de humedales


a clasificación e inventario son dos enfoques de una misma tarea de organización de la información, que difieren fundamentalmente en las preguntas que pretenden responder: la clasificación apunta a identificar qué es y cómo es alguna entidad; mientras que el inventario busca determinar dónde está, cómo está y cuánto hay (Nugent, 2004).
PROBLEMAS VINCULADOS CON LA CLASIFICACIÓN DE HUMEDALES
El propósito general de cualquier clasificación es organizar la información existente. En los sistemas naturales es importante adicionar a la clasificación criterios funcionales, porque cuanto más se sepa de su funcionamiento mayor beneficio se podrá obtener al aplicar estos conocimientos a su manejo. Lo importante de la clasificación funcional es que no incurre en el error que conceptualmente se comete en las clasificaciones por regiones geográficas, o biogeográficas (Neiff, 2001). Biogeográficamente, muchos componentes (tanto plantas como animales acuáticos), son transgresivos a las ecorregiones terrestres, por lo que el criterio termina siendo conceptual y operativamente erróneo. Dentro de una misma región geográfica coexisten humedales muy diferentes, mientras que algunos humedales son comunes a muchas regiones distintas (funcionalmente hablando).
La caracterización de los humedales en una agrupación jerárquica y funcional no es para nada sencilla, dada la variabilidad espacial y temporal propia de los mismos. Antes ya de comenzar a elaborar el inventario y la clasificación de humedales, surge el primer problema: poner límites concretos y discretos a un sistema natural, continuo, y que varía en el tiempo y el espacio, ya que según la definición propuesta y la escala de trabajo adoptada, la superficie abarcada por humedales puede ser mayor o menor.
El número de clases o subsistemas dentro de un humedal puede variar ampliamente, dependiendo de características propias como la diversidad de hábitats que presenta el humedal, y de cuestiones ajenas al sistema como la escala de las imágenes satelitales y de los mapas finales sobre los que se realice la delimitación, inventario y clasificación. (Cowardin y Golet, 1995). Al utilizar las convenciones de mapeo, no se pueden incluir todos los detalles y características observables en el terreno. Así, dado que existe un límite tanto del tamaño de la unidad que puede mapearse como del tamaño del ambiente que puede identificarse en una imagen satelital y/o fotografía aérea, la clasificación usada para el mapeo será dependiente de la escala de trabajo. Esta escala dependencia es válida asimismo para los atributos que pueden describir a las unidades identificadas, por cuanto las propiedades emergentes de cada nivel de organización suelen manifestarse en distintas escalas .
Las clasificaciones de humedales (y por ende las comparaciones entre ellos) deberían siempre especificar la escala en que se hacen. En la medida en que ésta pasa de lo local a lo regional, disminuye la percepción de detalles y van quedando los atributos de mayor peso estructural y funcional del paisaje . A este nivel es posible establecer grupos funcionales de tierras húmedas, cuyas similitudes están dadas por los procesos fundamentales que regulan la sucesión natural del sistema en su conjunto.

martes, 14 de agosto de 2012

Humedales del Rio Atuel, reclaman protección


Reclaman al Gobernador Pampeano por la protección de los Humedales. Hay preocupación a nivel internacional  por el avance de la degradación de los Bañados del Río Atuel.
La asociación Alihuen junto a más de 360 instituciones, (ONGs, asociaciones, cámaras, prensa, autoridades, fundaciones, ver anexo) le reclamaron el pasado miércoles 15 de noviembre al Sr. Gobernador de la Provincia de La Pampa, Ing. Carlos Verna una pronta respuesta a la petición que con las firmas de 22.500 (veintidosmil quinientas) personas le entregaron el 31 de marzo del corriente año en la ribereña localidad de Algarrobo del Águila, (Bañados del Río Atuel) Prov. de La Pampa, Patagonia Argentina.
Allí, el 31 de marzo en Algarrobo del Aguila se le solicitó al Sr. Gobernador de La PAMPA que inicie el pedido formal para que los Bañados del Atuel sean incorporados a la Lista de Humedales de Importancia Internacional. Para este acontecimiento y por el símbolo de lucha y perseverancia de los pobladores ribereños de los ríos Atuel, Salado, Chadileuvú y Cura Có, la Asociación Alihuen delegó en el Profesor Pablo Bravo, Presidente de la Comisión de Fomento de Algarrobo del Aguila la entrega del documento y las firmas.
¿Porque nos preocupa conservar los humedales del Río Atuel?
Nos preocupa porque este ecosistema es único y cualquier evento que suceda aguas arriba (corte del río y/o contaminación) lo afecta. Su degradación perjudica directamente al Hombre, su entorno, las especies migratorias y el corredor Biológico del Centro Oeste de la República Argentina, integrado por los humedales de Laguna Brava (Prov. de La Rioja), Lagunas y Bañados de Guanacache (Prov. de San Juan, Mendoza y San Luis), Laguna Llancanello (Prov. de Mendoza), Bañados del Atuel (Prov. de La Pampa), Laguna Blanca (Prov. de Neuquén) y Lagunas del Sur Sanluiseño (Prov. de San Luis) manifestó Leandro Altolaguirre (Ing. Agrónomo, Especialista en Paisajismo y Ambiente y Presidente de Alihuen).
Los humedales son ecosistemas de gran importancia por los procesos hidrológicos y ecológicos que en ellos ocurren y la diversidad biológica que sustentan.
Entre los procesos hidrológicos que se desarrollan en los humedales se encuentran la recarga de acuíferos, cuando el agua acumulada en el humedal desciende hasta las napas subterráneas. Las funciones ecológicas que desarrollan los humedales favorecen la mitigación de las inundaciones y de la erosión costera. Además, a través de la retención, transformación y/o remoción de sedimentos, nutrientes y contaminantes juegan un papel fundamental en los ciclos de la materia y en la calidad de las aguas.
Los humedales generalmente sustentan una importante diversidad biológica y constituyen hábitats críticos para especies seriamente amenazadas. Diversas actividades humanas requieren de los recursos naturales provistos por los humedales y dependen por lo tanto del mantenimiento de sus condiciones ecológicas. Dichas actividades incluyen el manejo de vida silvestre, el pastoreo, el transporte, la recreación, el turismo, la pesca, la actividad forestal y la agricultura.

martes, 7 de agosto de 2012

Los humedales del Chaco. Clasificación, inventario y mapeo, a escala regional


El Gran Chaco Americano es una vasta planicie de más de 1.000.000 km2, de los cuales 60% están en la República Argentina y el resto se distribuye en Paraguay (25%), Bolivia (14%) y Brasil (1%). Por su extensión, es la tercera ecorregión de Sudamérica, precedida sólo por el Amazonas y el Cerrado. Junto con la Selva Paranaense y las Yungas, el Chaco forma parte de las tres ecorregiones de mayor diversidad biológica de la Argentina.
Las precipitaciones siguen un claro gradiente longitudinal, con registros máximos en el este de 1.300 mm, que en el oeste caen a 500 mm. Los valores son marcadamente inferiores en los bolsones áridos del sudoeste de la región. Los humedales chaqueños presentan en general, un ciclo anual de recarga hídrica durante la época lluviosa de octubre a abril, seguido por un período de estiaje que se extiende durante la estación seca de mayo a septiembre. Este régimen es variable en intensidad y duración, asociado a las variaciones pluviales o fluviales. Por ejemplo las crecidas del río Paraguay pueden provocar inundaciones otoñales e invernales (Neiff y Poi de Neiff, 1990). De esta forma, la complejidad hidrológica junto con las características geomorfológicas y climáticas de la región, han determinado la creación de un gran número y diversidad de humedales.

HUMEDALES DEL CHACO HÚMEDO Y DEL CHACO SECO
Toda la región chaqueña posee humedales, la diferencia se encuentra principalmente en los tipos de humedales y en las superficie que cubren en las distintas subregiones. El Chaco Húmedo, al este de la región, concentra la mayor superficie y los mayores porcentajes de humedales. Aquí se dan inmensos humedales de características continuas como los Bajos Submeridionales o la Laguna de Mar Chiquita. También en el este, las planicies de inundación de los ríos Paraguay y Paraná, y lo que Morello y Adámoli (1968) llamaron el “Chaco de esteros, cañadas, y selvas de ribera” presentan desde el punto de vista funcional, un continuum de humedales cuya delimitación es muy compleja.
Por otro lado, el Chaco Seco, al oeste de la región, presenta una menor cantidad de humedales, en número y superficie. En esta porción de la región, los humedales ya no se dan en forma de continuum, sino más bien como elementos, algunas veces aislados otras conectados entre sí, más fáciles de identificar y limitar geográficamente. Estos humedales, si bien ocupan un porcentaje de superficie menor, revisten una gran importancia al considerar el paisaje en su conjunto, como ser el Bañado La Estrella, Laguna Yema, los Bañados del Norte del río Salado y Bañados de Figueroa, el Interfluvio Teuco-Bermejito, el Embalse de Río Hondo, y humedales tan particulares como las Salinas Grandes o de Ambargasta y los Esteros Salobres del Norte de Santiago del Estero.

viernes, 3 de agosto de 2012

PROBLEMAS VINCULADOS CON LA CLASIFICACIÓN DE HUMEDALES


El propósito general de cualquier clasificación es organizar la información existente. En los sistemas naturales es importante adicionar a la clasificación criterios funcionales, porque cuanto más se sepa de su funcionamiento mayor beneficio se podrá obtener al aplicar estos conocimientos a su manejo. Lo importante de la clasificación funcional es que no incurre en el error que conceptualmente se comete en las clasificaciones por regiones geográficas, o biogeográficas (Neiff, 2001). Biogeográficamente, muchos componentes (tanto plantas como animales acuáticos), son transgresivos a las ecorregiones terrestres, por lo que el criterio termina siendo conceptual y operativamente erróneo. Dentro de una misma región geográfica coexisten humedales muy diferentes, mientras que algunos humedales son comunes a muchas regiones distintas (funcionalmente hablando).
La caracterización de los humedales en una agrupación jerárquica y funcional no es para nada sencilla, dada la variabilidad espacial y temporal propia de los mismos. Antes ya de comenzar a elaborar el inventario y la clasificación de humedales, surge el primer problema: poner límites concretos y discretos a un sistema natural, continuo, y que varía en el tiempo y el espacio, ya que según la definición propuesta y la escala de trabajo adoptada, la superficie abarcada por humedales puede ser mayor o menor.
El número de clases o subsistemas dentro de un humedal puede variar ampliamente, dependiendo de características propias como la diversidad de hábitats que presenta el humedal, y de cuestiones ajenas al sistema como la escala de las imágenes satelitales y de los mapas finales sobre los que se realice la delimitación, inventario y clasificación. (Cowardin y Golet, 1995). Al utilizar las convenciones de mapeo, no se pueden incluir todos los detalles y características observables en el terreno. Así, dado que existe un límite tanto del tamaño de la unidad que puede mapearse como del tamaño del ambiente que puede identificarse en una imagen satelital y/o fotografía aérea, la clasificación usada para el mapeo será dependiente de la escala de trabajo. Esta escala dependencia es válida asimismo para los atributos que pueden describir a las unidades identificadas, por cuanto las propiedades emergentes de cada nivel de organización suelen manifestarse en distintas escalas .
Las clasificaciones de humedales (y por ende las comparaciones entre ellos) deberían siempre especificar la escala en que se hacen. En la medida en que ésta pasa de lo local a lo regional, disminuye la percepción de detalles y van quedando los atributos de mayor peso estructural y funcional del paisaje (Neiff, 2001). A este nivel es posible establecer grupos funcionales de tierras húmedas, cuyas similitudes están dadas por los procesos fundamentales que regulan la sucesión natural del sistema en su conjunto.